.: Algo.

domingo, 28 de febrero de 2010

Algo.

Los placeres violentos terminan en la violencia, y tienen en su triunfo su propia muerte, del mismo modo que se consumen el fuego y la polvora en un beso voraz.

2 comentarios:

NatiiZa1 de marzo de 2010, 14:49
“Aquí descansare eternamente y sacudiré el yugo de estrellas adversas de este mundo de carne cansada. Ojos miren por última vez, brazos abracen por última vez, y labios ustedes las puertas del aliento, sellen con un beso este trato con la muerte” (luna nueva -Edward- Romeo y Julieta)

Jajaja te amo!
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NatiiZa2 de marzo de 2010, 10:24
Che paja deja de sacrme mis frases. que esa la tng en mi blog
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A veces uno se cansa de siempre escuchar el mismo reclamo, porque pareciera que es un CD que te lo ponen todos los días a la misma hora, son una bola de reclamos que llegan y ellos no reconocen que no tienen la razón absoluta en todo. A alguien tuvimos que haber salido no? Espero no ser como ellos cuando sea grande porque podría irme muy mal. Yo solamente digo, si quieren algo porque simplemente no lo piden? Tipo te empiezan a dar vueltas sin ir al punto, para que vos no termines entendiendo que es lo que quieren, y encima te digan, no colaboras en nada che! Pero ellos nunca dijeron ayúdame. Encima después se vienen haciendo los buenitos que nada paso acá, y te piden un favor, y si como una boluda les digo si que queres? Y le termino haciendo el favor, porque? Por boluda, porque no se mantener mi opinión y no se decir NO! Igualmente si les llegas a decir no, no quiero te comes una cagada a pedos, que mejor ni ponerse a pensar. Es la historia de nunca acabar. Pero algún día van a tener que reconocer que se equivocan.

Noche de amor:

Cómo suena en mi alma la idea de una noche completa en tus brazos diluyéndome toda en caricias mientras tú te me das extasiado! ¡Qué infinito el temblor de miradas que vendrá en la emoción del abrazo, y qué tierno el coloquio de besos que tendré estremecida en tus labios! ¡Cómo sueño las horas azules que me esperan tendida a tu lado, sin más luz que la luz de tus ojos, sin más lecho que aquel de tu brazo! ¡Cómo siento mi amor floreciendo en la mística voz de tu canto: notas tristes y alegres y hondas que unirán mi emoción a tu rapto! ¡Oh la noche regada de estrellas que enviará desde todos sus astros la más pura armonía de reflejos como ofrenda nupcial a mi tálamo!